El deporte es vida, pasión, e incluso identidad comunitaria,más aun cuando se gana. Nada más ilustrativo que el acontecer de nuestra selección, que como nunca rompe las historias adversas y mantiene las que le convienen provocando una catarsis colectiva que hace tiempo no se veía. Pero ojo, que aun no estamos clasificados y Chile es un país de panes quemados en la puerta del horno.
Me considero un chileno futbolero prototípico y no puedo negar que ver jugar al equipo de Bielsa me resulta un auténtico placer, sin embargo me llama poderosamente la atención la rimbombancia con que se han manejado los recientes triunfos. Es cierto que nunca se le había ganado a Argentina, que Asunción era una plaza imposible para el fútbol nacional y que la selección de Acosta terminó el proceso con dos puntos menos que los actuales ¿y de qué sirve todo eso si la clasificación sigue estando a la vuelta de la esquina?.
Precisamente ese es el punto, a la vuelta de la esquina nunca ha sido sinónimo de "aquí" y para llegar allá sigue faltando trabajo, puede que los próximos rivales sean asequibles en el papel, pero así como la humilde selección chilena le ganó al gigante argentino, podría venir Venezuela y dar la sorpresa, tan sólo se pide un poco de cordura y que no se llegue a acciones tan patéticas como las del mundial juvenil canadiense cuando en vísperas de la semifinal se realizó un contacto en directo con las familias de los jugadores.
Hoy se tiene un equipo con buena técnica y garra, además de un técnico inteligente, una dirigencia afín y sobretodo un país entero apoyando a sus representantes, todo esto converge en una oportunidad única que no debe ser desaprovechada, ojalá que los medios de comunicación, sobretodo, no olviden que la contienda podría convertirse en desigual.
Me considero un chileno futbolero prototípico y no puedo negar que ver jugar al equipo de Bielsa me resulta un auténtico placer, sin embargo me llama poderosamente la atención la rimbombancia con que se han manejado los recientes triunfos. Es cierto que nunca se le había ganado a Argentina, que Asunción era una plaza imposible para el fútbol nacional y que la selección de Acosta terminó el proceso con dos puntos menos que los actuales ¿y de qué sirve todo eso si la clasificación sigue estando a la vuelta de la esquina?.
Precisamente ese es el punto, a la vuelta de la esquina nunca ha sido sinónimo de "aquí" y para llegar allá sigue faltando trabajo, puede que los próximos rivales sean asequibles en el papel, pero así como la humilde selección chilena le ganó al gigante argentino, podría venir Venezuela y dar la sorpresa, tan sólo se pide un poco de cordura y que no se llegue a acciones tan patéticas como las del mundial juvenil canadiense cuando en vísperas de la semifinal se realizó un contacto en directo con las familias de los jugadores.
Hoy se tiene un equipo con buena técnica y garra, además de un técnico inteligente, una dirigencia afín y sobretodo un país entero apoyando a sus representantes, todo esto converge en una oportunidad única que no debe ser desaprovechada, ojalá que los medios de comunicación, sobretodo, no olviden que la contienda podría convertirse en desigual.